—¿A qué se parece el reino de Dios? —continuó Jesús—. ¿Con qué voy a compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerto. Creció hasta convertirse en un árbol, y las aves anidaron en sus ramas. Volvió a decir: —¿Con qué voy a comparar el reino de Dios? Es como la levadura que una mujer tomó y mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa.
Lucas 13:18-21 (NVI)
En esta parábola se nos ilustra el reino de Dios con un pequeño grano de mostaza y con la levadura que se mezcla con la harina.
El grano de mostaza representa el tipo de fe que debe desarrollar un creyente nacido de nuevo tal como lo ilustra el Señor Jesús en Lucas 17:6. A la luz de Hebreos 11:1; la fe es la garantía de lo que se espera y la certeza de ver lo que aún no vemos fisicamente. A esto se refiere el Señor Jesús cuando compara al grano de mostaza con el reino de Dios. Todos los hijos de Dios debemos conocer lo que se manifiesta en el reino de Dios, es decir, en el reino de los cielos no existe lamento, enfermedad, tristeza, muerte, por el contrario, en el reino de los cielos existe vida, salud, riquezas, etc. esto nos habla de un estado de trasformación al cual debemos estar expectantes de que sea manifestado en esta tierra. El grano de mostaza fue plantado y luego es transformado en un arbol donde los pajaros anidan en sus ramas. Notamos que ocurre una "transformación" que concecuentemente nos debe llevar al crecimiento no solo en la fe, sino tambièn en nuestra madurez espiritual. Esa es la transformación que todo creyente nacido de nuevo debe manifestar en esta tierra, tal como se expresa en la oración del Padre Nuestro, debemos declarar que como es en los cielos sea manifestado aqui en la tierra.
En cuanto a la levadura, es un elemento que produce que otro sea alterado al unirse en un solo cuerpo y esto ocurre por la influencia de la levadura al ser mezclada con la harina. Esto habla de otro proceso de transformación que debe llevar al creyente a "influenciar" todo lo que toca a la manera del reino de Dios. Todo discípulo de Jesúscristo debe impactar el lugar donde ha sido llamado a manifestar el reino de los cielos.
Como en el caso de la semilla de mostaza y la levadura, su estado final resulta diferente del inicial, esto es por los cambios que se operaron en ellos de acuerdo a la naturaleza de su propósito. Dios desea de sus hijos: transformación, crecimiento e influencia. A través de este proceso es posible dar los frutos que espera el Señor Jesús de cada uno de los que han sido alcanzados por su gracia salvadora y esto los convierte en gente de reino para manifestar la voluntadad de Dios aqui en la tierra.
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