No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuelveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. Abre, Señor, mis labios y mi boca proclamará tu alabanza. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tu oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. Salmo 51:11-12;15;17 (NVI)
El quebrantamiento del corazón es lo que verdaderamente puede propiciar que exista un genuino arrepentimiento de la persona y esa es la actitud que en definitiva agrada al Señor más que cualquier sacrificio o acto de religiosidad.
El rey David pudo tener esta revelación cuando se encontraba en una situación que lo hacia sentir alejado del Señor. Cuando el fue confrontado por el profeta Natán con su pecado de adulterio con Betsabé, su condición espiritual quedó al descubierto y eso le hizo tomar conciencia de su realidad en cuanto a como era visto delante de Dios. Tal fue el estremecimiento en el espíritu de David que se sintio apartado de la presencia y del santo Espíritu del Señor.
Muchas veces queremos tapar nuestras faltas con un buen comportamiento delante de los hombres y al hacerlo somos engañados por satanás y nos engañamos a nosotros mismos cuando pretendemos aparentar piedad y bondad delante de los hombres cuando sabemos que existe algo que esta haciendo mellas nuestro cimiento espiritual y que nos separa de Dios.
El amor de Dios va mucho más allá de nuestro limitado pensamiento, puesto que llegamos a pensar que no somos merecedores de su perdon ni mucho menos de su amor, es allì donde tenemos que revertir ese pensamiento y recordar la identidad que el Señor nos ha dado en ser sus amados y escogidos.
Lo que nos mantendrá unidos a la misericordia, la gracia y el amor de Dios es que haya un quebrantamiento en nuestro corazón y ser lo suficientemente valiente para humillarnos delante de la poderosa presencia de Dios, y al igual que David, clamar para que nuestra obediencia nos sostenga. El Señor no rechaza un corazón quebrantado y humillado delante de su presencia.
El salmo 91:15 expresa que todo el que invoque el nombre del Señor, El le responderá en los momentos de angustia.
Clama al Señor en el momento de la angustia y aflicción. Dios no está mirando la gravedad de tu pecado, El espera que de ti nazca un espíritu de quebrantamiento reconociendo tu falta y que necesitas estar de nuevo unido a El. No temas quebrantar tu corazón y derramar tu espíritu delante de su prensencia. El te estará esperando para recibirte y cubrir tus faltas.
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