Dios paga a quienes le buscan con recompensas maravillosas, conforme a la fe que desarrolla cada persona y de acuerdo con Su Palabra.
Dios nos anima a luchar para alcanzar las recompensas por medio de la fe, y es donde la fe debe ser transformada en acción, la Biblia dice en 1 Timoteo 6:12; "Pelea la buena batalla de la fe", esta batalla traerá las recompensas que Dios ha prometido y esa es la garantía de que obtendremos la victoria.
Conforme a la medida de fe que Dios da a cada persona, (Romanos 12:3) el tamaño de la fe es igual para todos, Dios no ha hecho acepción de personas para recompensar a unos más que a otros, sencillamente, cada cual ejercita su fe y la pone por obras, la Biblia dice: "la fe sin obras, es una fe muerta".
Jesús desafió a sus discípulos con respecto a la fe, él los confronta con su poca fe para resolver sus dificultades. Lucas 17:5-6; nos describe como Jesús les refiere la ilustración de la fe con un grano de mostaza que es el más pequeño de todas las hortalizas y lo importante de esto es que no existe situación alguna en la que no pueda ser resuelta por medio de la fe.
Gracias al Señor porque es en él en quien debemos fijar nuestra mirada ante una dificultad, prueba o necesidad, porque es Jesús quien inicia y culmina nuestra fe (Hebreos 12:2).
Nuestro andar tiene que ser por fe y no por vista, porque no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, pero lo que no se ve es eterno.
Una fe viva manifiesta poder y obras. La fe es la que nos lleva a enfocarnos en quien hemos creído y saber que tenemos la certeza de recibir las recompensas que Dios ofrece porque él es galardonador de quienes le buscan.