El espíritu de Mical

2 Samuel 6:14-23


Cuando se menciona el tema de la alabanza y la adoración es importante señalar que las mismas son expresiones de los sentimientos más profundos de un corazón agradecido, lleno de amor y de la misericordia de Dios.


Este pasaje de la Biblia nos muestra la disposición del rey David para traer de nuevo a su pueblo un espíritu de entrega y devoción a través de la alabanza y la adoración.


David en su intención de involucrar a toda la casa de Israel en la alabanza y adoración a Dios, decide trasladar el Arca del Pacto y establecerla en Jerusalén para lo cual erigió una tienda, la cual se le conoció con el nombre de “tabernáculo” que significa “lugar de reunión”. A través de la alabanza y la adoración, el pueblo de Israel procuraba la manifestación de la gloria de Dios, al tiempo que Él respondía derramándose con toda clase de bendición celestial (Salmo 133).


El Arca del Pacto, era el símbolo de la presencia de Dios para la casa de Israel y con esta motivación David, estalló en júbilo y gozo al saber que su pueblo podía tener encuentros llenos de poder y de gloria con Dios.


David es el más notorio ejemplo de alabanza y adoración a Dios que nos enseña la Biblia, desde el punto de vista de entregar a Dios lo más profundo del sentimiento humano. David, se entregó de una manera desmedida a la adoración a Dios y no solo eso sino que lo hacía sin reserva alguna y de forma extravagante. El entendió el verdadero significado de la devoción a Dios por medio de la alabanza y adoración, siendo objeto de críticas y de señalamientos, aún de su propia esposa Betsabet.


Esta forma de alabar y adorar que practicaba David y toda la casa de Israel, fue lo que propició que en los momentos más sublimes de su entrega, Dios derramaba su gloria y su esplendor.


Hoy día estamos notando que esta realidad manifestada en los tiempos de Moisés, David y de Salomón se ha perdido dentro de la iglesia del Señor Jesús, puesto que se ha perdido el verdadero sentir de entregar alabanza y adoración al Señor. Se ha caído en lo tradicional, metódico y cotidiano, cumpliendo simplemente con un programa establecido para cubrir un espacio de tiempo dentro del servicio, esta es sin duda alguna una actitud que definitivamente no procurará de ninguna manera traer la gloria de Dios a nuestros servicios de celebración.


No se establece la prioridad en lo que debe significar para un creyente entrar en un tiempo único y especial de rendición total y absoluta a Dios.


Al parecer se está más pendiente de la forma como se adora a Dios que de entregar una genuina adoración a Él, la Biblia dice en Juan 4:23-24 “Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, [a] porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”.


<!--[if !supportLists]-->Ø <!--[endif]-->En Espíritu
Adorar en espíritu es adorar de todo corazón. El adorar en espíritu también significa adorar a partir de nuestros espíritus por el poder del Espíritu Santo, los cuales residen en el mismo lugar interior que la Biblia llama nuestro corazón o espíritu.


<!--[if !supportLists]-->Ø <!--[endif]-->En Verdad
Adorar en verdad es adorar y permitir que el Señor escudriñe las profundidades internas de nuestro corazón. Proverbios 20:27 “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más recóndito del ser”.
Notamos en el pasaje que David desbordaba de gozo por rendir alabanza y adoración al Señor y fue criticado nada menos que por su esposa, Mical, la cual pretendía ridiculizarlo por su estilo de adoración. Hoy vemos en las iglesias como existen (Mical) personas que están más pendientes de la forma de adoración de la persona que tiene a sus lados, perdiendo así, toda motivación de poder fluir en el río que Dios quiere derramar y dejar correr en medio de su iglesia.


Contrario a lo que nos enseña la Biblia en cuanto a cómo presentar alabanzas y rendir adoración a Dios, este espíritu que operó en Mical, está operando en la iglesia impidiendo traer la gloria de Dios en medio de su pueblo.


¿Qué causa este espíritu en el pueblo de Dios?


1. El pecado o cualquier forma de desobediencia (Juan 14.30).
2. Miedo o el temor (Lucas 1.73, 74).
3. Acusación, crítica y juicio.
4. División en medio del pueblo de Dios (Lucas 11.17).
5. Incredulidad (Marcos 6.5, 6).
6. Apatía o la pasividad.
7. El engaño y la mentira (Juan 8.44).


Entendamos que la presencia de Dios es una cosa y la gloria de Dios es otro asunto y hay muchos Mical que están en las iglesias satisfechos con saber que la presencia de Dios está en el lugar, pero les importa muy poco si la gloria del Señor se hace ausente y vemos como estas personas se van a sus casas igual que cómo llegaron a la iglesia, sencillamente no pasa nada en sus vidas, lo cual les va causando una sequía espiritual trayendo como resultado que no den frutos, al igual que Mical que murió sin poder concebir hijos.


<!--[if !supportLists]-->Ø <!--[endif]-->Limpiémonos
Como no podemos adorar a Dios en la carne, es importante que nos limpiemos de todo pensamiento carnal y maldad, para que nuestros espíritus puedan adorar a Dios por Su Espíritu. Debemos limpiarnos y adorar a Dios con un corazón puro. La carne no puede adorar a Dios. Si nos despojamos de todo lo que no es de Dios, no quedará nada sino nuestros espíritus adorando por el Espíritu de Dios. Somos todos los que nos reunimos a adorar, quienes procuramos que Dios se manifieste en el lugar de reunión, es decir, en el tabernáculo y es nuestra actitud la que hará posible como en los días del rey Salomón que veamos las maravillas de su esplendor y de su gloria.


Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová.

Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube,porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. (1 Reyes 8:10,11)

Adorando a Dios por lo que nos da

Génesis 22:1-5

La adoración a Dios debe ser la prioridad en la vida de todo creyente, en tanto que es por medio de ella que su vida será saturada de la presencia del Dios Altísimo, el cual habita en Su Santo trono.

Al hacer de la adoración una prioridad, el creyente reconoce que es su estilo de vida lo que verdaderamente agrada a Dios llevándolo a vivir una vida recta y de santidad.

El más grande mandamiento que Dios dejó impreso en Su Palabra para el hombre se llama: "Adoración" "ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente" (Mateo 22:37).

Adoramos porque Dios nos creo y nos formo, de manera que le debemos adoración por ¡Quie es él! y ¡Por lo que hizo en nuestras vidas! ¡Aleluya!

Al adorar a Dios mostramos nuestra obediencia y expresamos nuestro amor hacia él por nuestro agradecimiento y además porque la adoración nos caerca cada vez más a él.

¿Qué cosas te ha dado el Señor?

Buena pregunta esta, considerando que cada uno de los mortales tenemos sobradas razones para actuar en obediencia con el fin de adorar a Dios con todo nuestro ser, respondiendo así al llamado que él nos hace, pero solo porque él desea bendecirnos (Génesis 22:15-18).

Abraham estuvo dispuesto a adorar a Dios aún cuando lo que se le estaba demandando era lo que él más amaba, su hijo Isaac. Es notorio el hecho de que Abraham no trato de entender lo que Dios esperaba, más bien, con su actitud pudo agradar a Dios obteniendo al final la aprobación de Dios para ser bendecido.

AL igual que Abraham, es posible que Dios te haya demandado tal vez lo que más tu amas, pero solo lo hace prque él desea probar tu disposición para adorar a Dios aún si esto te cuesta desprenderte de lo que más tu amas. Abraham adora a Dios con desprendimiento total porque estuvo dispuesto a entregar lo que el mismo Dios le había concedido, el hijo por medio del cual Dios le bendeciría y cumpliría así su pacto .

Dios le estaba indicando al mundo anticipadamente por medio de la vida de Abraham lo que él mismo estaba por hacer en un tiempo adelante, cuando él mismo pudo desprenderse de su unico hijo, Jesús de Nazaret, proveyéndolo así como el cordero para el sacrificio de absolución y pago de pecados por toda la humanidad. Dios está dispuesto a darnos mucho más de lo que hasta ahora hemos recibido, aún corriendo el riesgo de que luego de recibir la bendición le demos la espalda.

Dios desea que tu puedas dar tu adoración por completo a él, pero sin reservas, es decir, a la manera que le agrada a él, no reclamando nuestros derechos por ser hijos, sino más bien, rindiendo toda nuestra vida por ser adoradores.

¿Quienes somos?

Somos un ministerio para difundir las buenas noticias del reino de los cielos y testificar de Jesucristo el Hijo de Dios como el único Camino, la única Verdad y la unica Vida para ser reconciliados con nuestro Dios y Padre Celestial.

Visión

Ser un ministerio Cristocéntrico para difundir las Buenas Nuevas de salvación y establecer el reino de Dios para la la manifestación de su gloria a las naciones de la tierra.

Misión

Proclamar a toda criatura las buenas nuevas de salvación partiendo desde nuestro entorno y hasta lo último de la tierra.

Establecer el reino de los cielos a través de las señales y manifestaciones sobrenaturales en el poder del Espíritu Santo.

Afirmar en cada creyente los fundamentos de la fe en Cristo Jesús para se convierta en un discípulo trasnformado y renovado a través de la manifestación del Espíritu Santo en su vida.

Capacitar a cada discípulo con la impartición de principios biblìcos que lo lleven a descubrir y desarrollar el propósito de Dios para su vida para que pueda multiplicarse en otros.

Enviar a cada discípulo al cumplimiento de la Gran Comisión a través del ministerio al que Dios le ha llamado a servir.

Decálogo de Fe

Creemos en:

1. Un solo Dios: Soberano y creador de todo el universo.

2. La Trinidad de Dios: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

3. La Divinidad de Jesucristo: Jesucristo el único hijo de Dios, nacido de mujer virgen engendrado por obra del Espíritu Santo.

4. La Biblia: La Palabra de Dios inspirada y revelada a través de Su Santo Espíritu, como la única fuente de autoridad moral y espiritual y norma fundamental de conducta.

5. La Salvación: la cual se obtiene por gracia mediante el arrepentimiento y confesión de pecados por medio de la fe en Jesucristo como el único y suficiente salvador para darnso la vida eterna.

6. Gobierno de Dios: El reino de los cielos es el diseño que Dios desea para nuestras vidas conforme a su soberana voluntad, tomando como fundamento a Cristo Jesús como cabeza de la iglesia mediante el modelo apostólico y profético.

7. La Santidad: Sin santidad nadie vera a Dios, por lo cual el creyente debe desarrollar un estilo de vida que agrade a Dios como reflejo de la obra del Espíritu Santo.

8. El Bautismo y la Cena del Señor: Ordenanzas dadas a la iglesia para recordar la muerte y resurrección de Jesucristo a una nueva vida de victoria y de santidad.

9. Dones Espirituales: Los cuales son repartidos según la manifestación sobrenatural del Espíritu Santo para la edificación de la iglesia.

10. La unidad de la iglesia: mediante la constitución del ministerio quíntuple para la edificación del cuerpo de Cristo.

Valores

La Familia: como el diseño de Dios por medio de la unión matrimonial de un hombre y una mujer para el establecimiento de valores éticos, morales y espirituales. (Génesis 1:28)

La Obediencia: como el principio que nos da revelación de ser hijos de Dios para honrarlo y ser merecedor de la autoridad espiritual y la herencia que nos ha sido reservada. (Filemón 1:21)

La Mayordomía: capacidad que debe desarrollar un creyente para administrar diligentemente los recursos que Dios coloca en sus manos. (Lucas 12:43-44)

La Fidelidad: atributo que nos permite desarrollar el más alto sentido de compromiso para con el Señor y para con los hombres. (Salmos 101:6)

La Integridad: virtud que refleja el testimonio cabal del creyente, basado no solo por lo que hace, sino por lo que es en todas las áreas de su vida. (Proverbios 11:3)

El Desarrollo Integral: como el proceso de crecimiento hacia la madurez espiritual y el desarrollo del carácter en el creyente conforme al modelo de Jesucristo. (Efesios 4:13)

La Excelencia: como la cualidad que nos impulsa hacia la motivación para el logro de nuestras metas en Cristo Jesús. (Colosenses 3:23-24)